Valadon.

Pintoras Maravillosas.

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Suzanne Valadon (1865-1938).

Mujer recostada en un sofá (1917/18).

 

Suzanne Valadon es modelo de los artistas que marcan toda una época de la bohemia parisina, como Degas, Renoir, Lautrec, Puvis de Chavannes. También llega a ser amante de varios de ellos (es un gran amor de Toulouse-Lautrec). Más tarde, observando las técnicas de los maestros para los que posa, se dedica a pintar ella, y entonces se convierte en una artista muy reconocida (no sólo por la crítica, sino que también tiene éxito comercial en vida). Y como si fuera poco, tiene un hijo que se llama Maurice Utrillo, uno de los geniales pintores malditos de la Escuela de París.

Una artista maravillosa que para convertirse en artista tiene que superar su propia belleza. Tiene que dejar de ser musa para poner a prueba su propio talento.

Su obra es abundante en desnudos y retratos, caracterizada por el uso de colores fuertes, brillantes, expresivos, y por el dibujo con contornos bien delineados (influencia de la técnica cloisonista que tanto fascina a los post-impresionistas).

Si bien aparentemente se convierte en una gran pintora de manera “natural”, por estar rodeada de genialidad, ella tiene las demás virtudes necesarias para convertirse en artista: paciencia, constancia, perseverancia, ya que una vez que se convence de que puede pintar, avalada por Degas y Lautrec, trabaja durante trece años en sus óleos antes de mostrarlos públicamente.

Una nota de color: ¿se imaginan por qué tiene el nombre artístico Suzanne? Por la historia bíblica que tanto inspira a pintores de todas las épocas, donde Susana es espiada desnuda por ancianos que la desean y quieren abusar de ella. Lautrec le propone ese nombre artístico ya que ella “ha posado desnuda para todos los viejos de París”.

 

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Características del período postimpresionista.

Maurice Utrillo, el hijo de Suzanne.

Un cuadro y la historia del Lapin Agile, el punto de encuentro en Montmartre.

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