Van der Weyden y su aporte al arte de los primitivos flamencos.
“Seis cuadros, Un concepto”.
Como en los pintores flamencos del siglo XV, en Rogier van der Weyden encontramos una obsesión por el detalle (pinta por ejemplo cada arruga, o cada pelito de la barba, o una pequeña vena en la frente, dejando a un lado la belleza ideal por la real) y en cada pequeño gesto que deja entrever la “psicología”, las emociones del retratado.
Ahora bien, en sus obras hay algo particular, algo distintivo: la intensidad dramática, la actitud conmovedora de esos personajes.
Dolor, emoción, degarramiento, expresiones bien extremas, “casi teatrales”, han convertido a Van der Weyden en uno de más admirados referentes de los pintores de Flandes.
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