William Blake.

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Cuadros fundamentales para entender la historia de la Pintura.

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Compasión (1795). William Blake.
Témpera y tinta sobre papel. 42 cm x 54 cm.
Tate Gallery. Londres, Inglaterra.

 

Blake es una especie de simbolista. Blake se zambulle en el mundo espiritual, lo sobrenatural, aquello que está detrás de la fachada material. Y lo hace casi un siglo antes de la llegada del simbolismo.

Y, como todo adelantado, recorre solito un largo camino lleno de incomprensión y desprecio.

A los 10 años tiene una visión de ángeles sobre un árbol, evento milagroso que no será el único en su vida.  Algo que lo incita a leer sobre mística y ocultismo, y a convencerse del valor de esas experiencias.

Blake se considera entonces un “visionario”. Y su convicción de la importancia de la realidad espiritual hace que considere que todo artista tiene la misión de convertirse en profeta. El artista debe ser el propagador de lo que existe más allá del mundo visible.

Así es como deja de “confiar en los sentidos”, sosteniendo que se interponen entre el alma y la verdadera sabiduría, el alcanzar la eternidad. Rechaza entonces la observación directa de la naturaleza como fuente creativa y se encierra en su mirada interior.

Pinta sus figuras sin preocuparse demasiado por la estructura anatómica o las proporciones correctas, no corrige la imagen dictada por su visión. En su técnica predomina dibujo sobre el color, y es común que recurra a una gestualidad dramática, intensamente expresiva.

Y así como en esta obra (que ilustra un pasaje del Macbeth de Shakespeare), vamos a encontrar en toda la producción de Blake mundos extraordinarios. Mundos donde se reúnen lo real y lo imaginario, la alegría y el terror, la sonrisa y el espanto, la pureza, el misterio, lo celestial, lo apocalíptico, la desesperación.

Hoy consideramos que un artista es quien crea un universo partir de su propia visión del mundo, y con él enriquece la experiencia del espectador. Blake es el paradigma, el perfecto ejemplo de ello. Tal es así, que este “inclasificable” pintor y poeta es considerado uno de los más grandes artistas de toda la historia británica.

Increíblemente, o no tanto, para su época no es más que un delirante.  Apenas un pobre lunático.

 

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